Todo el programa es fruto de la confrontación de cierto número de datos relativos a unas cuestiones fijas: necesidades que han de satisfacer, gestiones precisas, naturaleza o tipo de los trabajos que van a efectuarse y presupuesto necesario, con sus posibles fórmulas financieras.
Para ello hay que confeccionar un cuadro con cuatro columnas:
1.- Necesidades:
Las necesidades deben analizarse con todo detalle, es fácil a primera vista determinar el número de habitaciones, etc, pero otros muchos puntos son difíciles de precisar.
Los usuarios, sabemos que en una vivienda hay zonas de uso común, como salón comedor, cocina, cuartos de baño y otras zonas de uso privado, como dormitorios, despachos, etc. Hay que tener muy en cuenta la edad de los usuarios. Los niños, adolescentes, adultos y ancianos tienen diferentes exigencias particulares.
Espacios, en la distribución hay que tener en cuenta el espacio ocupado y el que dejamos libre para decorarlo. En los espacios de descanso y aseos, el espacio puede ser reducido pero en zonas de estar hay que dejar espacio libre para circular agradablemente por las mismas. En una cocina, habrá que prever una pequeña zona para poder hacer una comida rápida. En una habitación para niños habrá que reservar una zona donde puedan jugar o estudiar.
Iluminación, de acuerdo con su uso, los diferentes espacios, requerirán más o menos iluminación. En general las zonas de uso más frecuente o de trabajo deberán tener más iluminación natural. En las zonas de uso privado, podrían usarse con luz artificial.
Confort, las instalaciones de calefacción, podemos calcular la temperatura deseada y determinar el número y tamaño de los radiadores, al igual que ocurrirá con las instalaciones de agua fría y caliente. Siempre hay que hacer un estudio técnico, por si se necesitase cambios en el futuro. Igualmente son dignos de confort el estudio del aislamiento acústico y la ventilación.
2.- Gestiones:
Las gestiones administrativas que hay que hacerse en ocasión de una reforma o nueva instalaciones, varía entre comunidades y países. En todos, los casos antes de realizar cualquier obra, habrá que informarse en el ayuntamiento o junta municipal, si luego no nos queremos llevar ninguna sorpresa, con alguna multa.
3.- Trabajos:
Cuando pensamos en realizar algún arreglo en un espacio, debemos pensar en efectuar personalmente alguno de los trabajos o confiar en algunas empresas especializadas. Para ello hay que realizar una lista detallada de todos los trabajos, evitando cualquier omisión. Esta clasificación se obtiene de un estudio pormenorizado de las estancias, según los distintos oficios: albañilería, carpintería, fontanería, calefacción, revestimientos, pintura, etc.
Todas las instalaciones de electricidad, fontanería, calefacción, siempre deberán encargarse a un especialista en la materia, porque a parte de existir normas de seguridad, tendremos que asegurarnos un optimo funcionamiento en un futuro.
4.- Presupuestos y financiación:
Todos los oficios, deberán presentar un presupuesto detallado de la misma, con precios de materiales y mano de obra. Normalmente se pide 3 presupuestos para comparar los precios, siempre habrá que tener en cuenta la calidad de los trabajos y los materiales utilizados.
Para una construcción de nueva planta se pueden solicitar ayudas oficiales importantes, amparadas por el Estado y proporcionadas por el Ministerio de la Vivienda. Para reformas y trabajos de Decoración se puede gestionar la obtención de un préstamo bancario. Las empresas constructoras aceptan en ocasiones pagos diferidos o aplazados, de conformidad con un contrato previamente establecido.
Francisco Silván
Arquitecto de Interior
www.arquitecturadeinterior.com
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